Por el momento que vivimos en Argentina, es difícil encontrar nuevas inversiones. Mucho más si es en la industria vitivinícola, tan castigada desde hace casi trece años, cuando empezó a caer la demanda externa y las medidas económicas fueron contrarias a la producción, pese a la comunicación que de manera encendida era en apoyo de ella.
Encontrar una de ellas, como es este caso, es de excepción. Donde además, la prioridad era poner en valor un viñedo de 1910, de los pocos, poquísimos tan antiguos que quedan en Argentina, en el departamento de Luján de Cuyo en la localidad de Las Compuertas, zona que por demás entrega uvas de grandísima calidad y expresión varietal, por caso de Malbec y de Cabernet Sauvignon.
Gran desafío por delante poner en valor un viñedo abandonado por dieciocho años, en un emprendimiento familiar donde todos y cada uno de los integrantes están abocados a lograr como objetivo final un gran vino.
Industriales de otra rama que incursionan por cumplir el sueño del vino propio y tan o más importante, dejar el legado.
Gustavo y Mónica Barbier alistan a sus tres hijos (dos mujeres y un varón) y suman al esposo de una de ellas que estudia Enología en una de las facultades de Mendoza, para poner manos a la obra.
Todo queda en familia.
Plantadas sólo 4 ha. de viñedos, de Malbec, Cabernet Sauvignon y Merlot con la prioridad de revalorizarlas.
88 hileras en formación no muy habitual para esta época, con distancias de 1,40, 1,50 y 1,60 mt de manera repetida hasta el final.
Y aquí comienza a ser importante el trabajo de Gustavo Ursomarso (Ing. Agr.), donde resulta fundamental la experiencia y conocer el comportamiento de las viñas en la zona.
El primer ejercicio es comparar sus cosechas, probar desde la inicial (2019) donde sólo se elaboraron 600 botellas a la que está por salir al mercado, la cosecha 2022 donde lograron elaborar 3200 botellas. Aún muy pocas, es cierto, porque no elaboran todo lo que cosechan, bodegas de renombre buscan sus uvas para sus vinos de más alta gama.
La enología a cargo de Lucas Richardi, con visión de juventud reversionada, plasmada en cada una de las botellas.
Elaboran dos líneas de vinos, de diferentes variedades y un blend
Viña Jardín de María:
Malbec
Cabernet Franc
Cofermentado (Malbec y Cabernet Sauvignon en partes iguales)
Huayrapuca:
Malbec
Cabernet Sauvignon
Sorpresa cuando descubriera el Viña Jardín de María Malbec 2021 (se podrá ver la descripción en la 6° Edición de la Guía de Malbec, aquí el link)
VIÑA JARDÍN de MARÍA MALBEC 2021 Bodega Viña Jardín de María
Un vino potente, con muy buen equilibrio de crianza y por sobre todo elegancia, que pocos Malbec logran.
Luego de cinco años de trabajo (desde 2017), comenzó a verse el crecimiento del viñedo y se nota en el producto final.
Vislumbra que dará vinos para el recuerdo, que serán capaces de cumplir las expectativas respecto de las uvas que proceden de esa tierra, más aún con la antigüedad que poseen.
Cuán importante es ver con las ganas con las que trabaja toda la familia, donde Gustavo y Mónica parecen ser uno más, a la par de los más jóvenes. Los une la pasión, por lo que ya disfrutan tener un producto noble de la tierra y que tan rápidamente lo expresó.
Por este camino lograrán grandes vinos.