Que Argentina es tierra de cepas tintas, no caben dudas. Por estadísticas de plantación y por consumo.
Así y todo, el argentino medio posee gran experiencia respecto de los vinos blancos, porque no debemos olvidar que en las décadas del ’60 y ’70 el consumo era completamente inverso. Hoy, dentro de ese pequeño porcentaje que significan los vinos blancos, el Chardonnay se lleva el cetro.
Al 2019 (Fuente: INV) las uvas blancas representan un 18,4% respecto del total de variedades plantadas para elaborar vinos en Argentina, y la uva Chardonnay esté en el octavo lugar con 5.921 ha., que corresponde al 3% de las uvas totales implantadas.
Es difícil encontrar bodegas que elaboren vinos blancos de la más alta calidad, aunque las hay. Y una de las pocas es Bodega la Rural/Rutini, que posee un diferencial importante y más raro aún: tiene 7 etiquetas del varietal, cuatro de su bodega de Tupungato (Rutini) y tres de la de Maipú (La Rural), todas de Mendoza. Calidad y variedad.
Debajo están algunas de las descripciones de cada uno de los vinos, pero lo que deberíamos tener en cuenta es que cada uno se diferencia del otro de manera cualitativa.
No sólo para todos los bolsillos sino que también por un tema de preferencias. Los hay con más sensaciones de crianza (la madera se percibe de mayor manera), absolutamente frutales o con equilibrio entre uno y otro.
Llegar al summum, para el caso del Rutini Apartado Gran Chardonnay, que año a año integra el reducidísimo lote que refleja lo mejor de la cepa en Argentina y que por guarda y calidad podría asimilar a los oriundos de la Borgoña francesa.
Aunque poseemos una cepa autóctona blanca (Torrontés), la que desde hace diez años ha modificado para bien su calidad, se ha “internacionalizado” para suavizar su sabor tan fragante e intenso, resulta difícil para convencer a nuestros compradores como acompañante blanca del Malbec. Logramos algunas decenas de etiquetas con gran calidad, pero es rara, y para muchos difícil de nombrar.
A pesar de los vaivenes en los estilos de la elaboración de Chardonnay en Argentina (como reflejara en la nota del Agosto de 2018, https://joseluisbelluscio.com/cartas_y_puntajes/rutini-apartado-gran-chardonnay-vertical-2007-al-2017/), bien seria posible que esta cepa se transforme en algún momento próximo en el acompañante del Malbec para la exportación. Necesitamos un “hermano” para nuestra cepa insignia, como bien piden quienes compran nuestros vinos en el mundo.
RUTINI APARTADO GRAN CHARDONNAY 2017
Desde su color amarillo dorado intenso muestra muy buena concentración, casi con espesura. Brillante.
En nariz rápidamente afloran los frutos secos y vainilla, propios de su crianza en roble, fino, sumadas a la fruta tropical madura y melón. Todo en armonía.
El equilibrio entre dulzura (y no por azúcar residual) y acidez es notable. Desde el ingreso en la boca se nota untuosidad que no molesta, no es extrema, da sensación de volumen interesante.
El vino pasea por toda la boca, a lo ancho y a lo largo, con la frescura de la fruta amalgamada con las notas de crianza que repiten las de olfato. Suma sutil sensación a especias y también leve a miel.
Es uno de los Chardonnay más complejos de Argentina, un vino diferente por su balance y lo expresivo, para ser un blanco de nuestro país.
Es la máxima expresión en Chardonnay de Bodega Rutini, que vaya si está diferenciada del resto de las etiquetas de la misma cepa.
Quien elabora, Mariano Di Paola, conjuga su experiencia y la tecnología en bodega necesaria para recrear Chardonnay al estilo mundial y de la mejor calidad.
Puntos: 95
RUTINI ENCUENTRO CHARDONNAY 2018
Amarillo con leve intensidad, casi con destellos dorados. Brillante y límpido.
Fina vainilla con muy buenas notas frutales, blancas de buena madurez.
Ingreso casi dulce con muy buena acidez. La fruta se comporta muy fina, fresca, con excelente amalgama con crianza, que acompaña las notas frutales. De untuosidad media, su volumen también medio y la persistencia es casi larga. Resalta de manera notoria la fineza y muy buen equilibrio.
Puntos: 92
TRUMPETER RESERVA CHARDONNAY 2018
De color amarillo dorado de alta intensidad. Untuoso y brillante.
Frutas tropicales maduras e intensas sumadas a vainilla, canela y leve a pan tostado. De muy buena fineza.
Su ingreso en boca es dulce con excelente acidez. Es untuoso, con muy buen peso pero no excesivo, comportándose a todo lo ancho y fluye a lo largo por su muy buen acidez. Las notas propias de crianza (pan tostado, especias y vainilla) que aunque son notorias están muy bien amalgamadas con ananá maduro y leves notas a manzanas. Volumen medio-alto con casi larga persistencia. Gran final de boca, sin amargos. Muy fino.
De esos vinos que siempre elegiría para la comida completa, con pescados grasos y de color.
Puntos: 91
TRUMPETER CHARDONNAY 2019
Amarillo intenso con destellos dorados. Brillante y límpido.
Leves frutos secos con frutas blancas maduras.
Buen ingreso dulce con muy buena acidez. Impecable largo en la boca del vino, con sensaciones profundas que repite las de olfacción. Buena untuosidad, con volumen medio. Persistencia media-larga. De muy buena fineza, el tono meloso sólo se expresa en baja intensidad, producto de crianza en madera de roble.
Sería una gran combinación hacerlo con pescados blancos grillados vuelta y vuelta, para que contengan todo su sabor y poder disfrutar del vino y la comida.
Vino clásico de Argentina, por calidad que repite en el tiempo.
Puntos: 89
SAN FELIPE CHARDONNAY 2018
Amarillo con reflejos dorados con cierta intensidad.
Ingreso dulce con muy buena acidez. La fruta aparece madura, que se expresan como ananá y levísimo melón maduro. De volumen medio, su persistencia es media a larga. Muy buen final de boca. Franco y directo.
Puntos: 86
SAN FELIPE ROBLE CHARDONNAY 2019
Amarillo con leve tonalidad dorada.
Vainilla y ananá maduro. Fragante.
Ingreso dulce con muy buena acidez. Sensaciones de frutas maduras que expresan en el volumen con buena mantecosidad, de buena fineza. Persistencia media-larga. Muy grato final de boca.
Puntos: 88
CRUZ ALTA CHARDONNAY 2019
Amarillo con reflejos dorados.
Levísima vainilla con frutos secos tostados muy levemente.
Ingreso dulce con buena acidez, que equilibra. Buena sensación frutal, fresca con amalgama de crianza, que sólo acompaña, no invade. Ananá y leves notas a frutas blancas maduras. Con cierta complejidad, despunta su fineza. De muy buen final de boca.
Puntos: 89