En los albores de la reconversión vitivinícola de Argentina allá por 1996, la Bodega chilena Concha y Toro decidió invertir en nuestro país y abrirse camino no sólo en el mercado interno sino que también en el mercado exportador.
Profesionales que han llevado como “religión” la calidad y la excelencia, por lo que consiguieran innumerable cantidad de reconocimientos , todos merecidos logros, independientemente de las pasajeras modas.
La pasión que guía a todos aquellos que trabajan en Bodega Trivento es la única manera de seguir adelante, y sin dudas los merecidos lauros seguirán llamando a su puerta.
Ejemplo palmario del trabajo en todos estos años, es lograr vender más de 30 millones de litros durante el ejercicio del año 2020. Y ser reconocido en el mundo con una de sus etiquetas, Trivento Reserve, emblema de la bodega, y que es utilizada como estandarte de la cepa insignia argentina, el Malbec, de la que vendieron un millón y medio de cajas de 12 botellas. Impactante.
El trabajo social ha sido fundamental también para el grupo inversor. Crearon un aula satélite en el año 2008 donde lograron a partir de ese momento que 96 personas culminaran sus estudios primarios y secundarios, amén de la recaudación de fondos para becas educativas para estudiantes de bajos recursos y altos rendimientos.
Loable.
Por tal motivo, Germán Di Césare eligió festejar el 25° Aniversario con la elaboración de un Malbec, como no podía ser de otra manera, . Elaboró sólo 3.000 botellas con uvas de antiguos viñedos de Luján de Cuyo, de la cosecha 2017 y con crianza durante 14 meses en barricas de roble francés.
Bodega Trivento posee en Mendoza, en las mejores regiones vitícolas del país, 1600 hectáreas.