Es hijo de uno de los más importantes Ingenieros Agrónomos de Argentina, importante no solo por la cantidad de vendimias a cuestas sino por su continuo estudio, hombre de consulta obligada en la Industria Vitivinícola; del que posee el mismo nombre. Nos reunimos con uno de los dirigentes que mayores logros puede mostrar.
Alberto Arizu (h) es una de las personalidades en la industria, con doble función, su tiempo se divide en dos. Preside Wines of Argentina (por segunda vez, su actual período 2016-2020), y dirige la bodega familiar, Bodega Luigi Bosca.
En todo sentido y para todo lo que realiza no solo lo respalda su apellido, pues proviene de una familia más que centenaria en la producción de vinos de calidad, sino que también por no claudicar en su trabajo y el conocimiento de todo el espectro, interno y externo.
Amable, firme, con amplia visión de futuro, ágil en las respuestas. Por momentos diplomático, siempre con pasión.
Desde Wines of Argentina, junto a un equipo de profesionales, dirige la estrategia de promoción de marca e imagen país, comunicación y posicionamiento del vino argentino en el mundo.
Para romper el hielo de lo que sería una hora y media de entrevista, nos cuenta que no existe más la división Nuevo o Viejo Mundo, que se aplacó esa discusión. Nos dice que hoy en día la competencia es compleja y abierta. Según su declaración, vinos de calidad y precios acomodados se encuentran en todos los países.
De ahí podemos entender la situación actual de nuestro comercio exterior de vinos, gran parte por políticas equivocadas que instalaron la falta de competitividad y otros países “tomaron” nuestras posiciones.
Desde la Institución, manifiesta que Europa no es un mercado foco. Pero si, están trabajando desde la dirección de la bodega.
A medida que entrábamos en tema, se abrió a definiciones que servirán para que evaluemos en un futuro.
Y a su vez metas que podrán cumplirse si las autoridades gubernamentales toman decisiones fundamentales para el crecimiento de una industria clave para las provincias productoras. No solo por imagen.
Nos dijo firmemente, que en el futuro Argentina deberá exportar mucho más, ganar participación en el contexto mundial, y hacer mayor foco en vinos blancos que el que tenemos actualmente, ganar volumen en variedades blancas.
Asiente que deberíamos modificar el PEVI 2020, y realiza una auto critica a la falta de monitoreo cada tres años del plan, pero también tiene impotencia por las opiniones dentro de la mesa grande de COVIAR. Opiniones que según nos cuenta, atrasan varias décadas.
Y así, es muy difícil. Son mesas de consenso, nos puso un ejemplo bastante gráfico: “el pensamiento que impera es tengo esto, produzco esto, vendo esto” Y la mirada de WofA es que si el mundo reclama o demanda algún producto, necesito/debo mirar hacia atrás, modifico lo que haya que modificar y luego produzco lo que podré vender.
Su mirada del mundo es clara.
Según su convicción el consumidor argentino no busca vinos más fáciles de tomar. Se está sofisticando y aprendiendo a apreciar mejor algunas características. Gran tema que nos roza, pues hoy la comunicación en general, habla de la modificación en el paladar del comprador.
Nos dio su pensamiento respecto de Argentina acerca de la biodinamia, los vinos biológicos, la cultura que hallamos en 2017 en Francia y España.
Nos habló de los cuidados que tenemos que tener al comunicar los vinos de terroir en nuestro país y los años que llevará ese discurso. La especial atención que deberemos guardar para no espantar más aún al consumidor.
En síntesis, un gran espectro de temas, algunas definiciones que impactaron. Franqueza y dinamismo. Trabajo y especialización. Creo que esos son los sinónimos de su persona y de su trabajo a los que deberíamos recurrir cuando lo nombremos.
Por separado incluimos la entrevista completa.