En la reunión anual convocada por las autoridades de COVIAR, su Presidente Mario González presentó el devenir de la industria vitivinícola durante el año 2023 y las expectativas respecto del nuevo ciclo anual.
En el Desayuno de COVIAR 2024 estuvieron presentes como es costumbre, algunos ex gobernadores de Mendoza, por caso Rodolfo Suarez, Celso Jaque, José Octavio Bordón, Arturo Lafalla y Rodolfo Gabrielli, que no por repetido dejan de ser tan importante sus presencias.
Quedo asombrado de verlo en cada una de mis visitas, de manera consecutiva los últimos 13 años, por la actitud por demás loable de la organización y de los políticos que se manifiestan de esta forma.
De manera nacional no logramos reunir en el acto de asunción presidencial a los ex Presidentes. Algo hacemos mal.
El dueño de casa, Mario González, en una breve entrevista anterior a su alocución, expresó que su discurso se centraría en la necesidad de la previsibilidad y reglas claras, a sabiendas del año por venir, con importantes pérdidas en el poder adquisitivo del consumidor.
Por caso, el consumo interno de vinos en el año 2023 cayó, en litros per cápita, un 6,9%, y las exportaciones argentinas de todos los productos vitivinícolas, también cayeron, pero aún más, un 16,7% en dólares.
Datos I.N.V (Instituto Nacional de Vitivinicultura)
De allí el pedido que se escuchó, poder recuperar de la mano de fundamentos político-económicos nacionales el terreno perdido por la falta de competitividad. Uno de ellos sería la certeza de que no volverán los derechos de exportación (retenciones), eliminados recién en Septiembre de 2023, en el final del gobierno nacional. Despejó un impuesto distorsivo, que aunque como medida electoralista benefició a cientos de exportadores.
Otro de los puntos que mencionara es eliminar la brecha cambiaria, algo que en la práctica, hoy, está casi asumido, más la futura eliminación del cepo cambiario.
Y fundamentalmente la apertura comercial que necesita nuestro país en las ventas al exterior, que logremos competir de igual manera que cualquiera otro productor de vinos y mostos, tales los casos de Chile, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia por nombrar algunos.
Es necesario que logremos acuerdos comerciales para vender sin aranceles que encarezcan nuestros vinos. La solución la deberemos encontrar en el Mercosur (sería lo natural) o con acuerdo de sus integrantes, por fuera de él. Un trabajo que aún está verde.
A su vez, y por los motivos expuestos, en su declaración, comparte la preocupación en la búsqueda del equilibrio por la retracción de algunas bodegas grandes en la compra de uva, que para la actual cosecha requieren menor cantidad.
Hizo hincapié, también, en la “necesidad imperiosa” de integrar a los pequeños productores, no sólo de hacerlo en cooperativas sino estratégicamente con bodegas, en volúmenes, estándares de calidad, compra en conjunto y baja de costos. Ratifica que no hay posibilidad de subsistencia de los pequeños productores si no trabajan de forma integrada.
Menuda tarea, hace años que hablamos de la integración pero si uno mira los números, cada vez existen menos productores y los que quedan acrecientan la cantidad de hectáreas. Muchos abandonaron, otros vendieron.
¿A este ritmo, nos pareceremos al modelo chileno en algunas décadas?
Aunque es imperioso que COVIAR trabaje en conjunto con Bodegas de Argentina (la Cámara empresaria de bodegas más grande de Argentina), no se termina de concretar, por caso este año ningún representante de la Dirección de la Cámara asistió al Desayuno.
Creí, el año pasado, que era un nuevo tiempo, que habría interacción dentro de COVIAR, que importaba más el camino a largo plazo. La presencia en el 2023 de Patricia Ortiz (Presidente de Bodegas de Argentina) generó esa esperanza.
Fue un espejismo, algo puntual, por negociaciones políticas con el gobierno de turno aunque Mario González hoy declare que tienen buena relación.
Al entrevistar a Rodolfo Vargas Arizu, Ministro de Producción de la provincia de Mendoza, y ante la pregunta por las expectativas de anuncios desde el gobierno nacional, ratifica medidas anunciadas por el Secretario de Industria y Desarrollo Productivo de la Nación, Juan Pazo, en el Foro de Inversiones y Negocios realizado en Mendoza en Febrero, como créditos para vinos de guarda en botella (antiguo anhelo de bodegas de alta gama) que atempera el peso financiero de esa práctica y el leasing de máquina agrícola usada, entre otras medidas.
Habrá que hacer el seguimiento, de cumplirse será de significativa importancia.
Absolutamente alineado con la dirección de la política económica nacional, el Ministro entiende la baja competitividad con la que ingresan nuestros vinos en diferentes mercados y está dispuesto a trabajar, de acuerdo a la buena disposición de la Canciller Mondino, para lograr acuerdos comerciales con los países a los que nos interesa vender (Ejemplos de su propia boca: México, China, EEUU).
Hay un trabajo muy interesante, elaborado por el INV que refleja cada uno de los países a los que le vendemos productos vitivinícolas con los porcentajes de “sobre precio” (aranceles) con los que ingresan a dichos países.
Mucho más en un contexto de retracción de ventas mundial, sumado a los avatares de nuestra última década pues Argentina decrece su ritmo exportador desde 2011.
Trabajo que sirve, como expresara Juan Schamber (Vicepresidente de Bodegas de Argentina) para que se amalgamen esfuerzos que desde hace tiempo se realizan con Cancillería, para comenzar a abrir mercados y recuperar los perdidos.
Nuestras Embajadas deberían ser las oficinas de negocios encargadas de abrir los contactos para las empresas argentinas.
El clima que se vivió en ambos eventos políticos (Desayuno de COVIAR y Agasajo de Vendimia) fue de mayor distensión que en años anteriores, la sola presencia de la Vicepresidente, Victoria Villarruel generó buenas expectativas.
Fue un diferencial que ojalá no haya sido sólo su tinte político.
No recuerdo la visita de tan alto funcionario nacional en ambos eventos desde la época de la segunda presidencia de Cristina E. Fernández, cuando asistiera su Vicepresidente, Amado Boudou (2013) y también de Gabriela Michetti (Presidencia de Mauricio Macri) en 2017.
Al menos, pareciera ser una señal de esperanza, que la industria vitivinícola esté en el radar del gobierno nacional. Aunque si uno piensa lo que después pasó…
Hay que persistir en el acuerdo Mercosur-Unión Europea logrado a mediados de 2019 y casi abandonado por el gobierno anterior. Puede ser una oportunidad histórica. Más difícil hoy la negociación que hace cinco años pues Francia, sus agricultores, empantanan la concreción final.
El futuro para nuestros productos manufacturados es el mundo. Debemos vender más, generar las condiciones para lograr mayor competitividad, la calidad en nuestros vinos la tenemos y es apreciada por los consumidores.
Resta que nuestra dirigencia entienda que sólo con esfuerzo mancomunado venderemos más, a la vista está que hace 25 años lo logramos, con capitales privados nos insertarnos en muchos mercados sin ayuda del Estado.
Hoy, en desigualdad de condiciones necesitaríamos la ayuda profesional de Cancillería y las respectivas Embajadas.
Generar un plan a 30/50 años, al menos líneas directrices de acción, en donde se involucren todos los actores es imperativo y no sólo una de las “patas” de la actividad.
Significará más trabajo para quienes integran esta industria regional amén del efecto riqueza por el mayor ingreso de divisas.
Imagen N° 1: Victoria Villarruel, Vicepresidente de la Nación, Mario González Presidente COVIAR, Alfredo Corniejo, Gobernador de Mendoza
Imagen N°2: Ex Gobernadores de Mendoza
Imagen N°3: Victoria Villarruel Vicepresidente de la Nación Agasajo de Vendimia de Bodegas de Argentina
Imagen N° 4: Etiquetas de Bodega Arizu, Godoy Cruz Mendoza
DATOS INV:
Consumo per cápita 2023 16,67 litros (Menos 6,9%)
Total exportado (Vinos+Mostos) 2023: u$s 686,8 Millones (Menos 16,7%)