Malbec, sinónimo de Argentina

MALBEC, sinónimo de Argentina

Por: José Luis Belluscio

Publicado por Diario El Ancasti Revista Express Junio 2015

 

Nuevamente con Ustedes, hoy nos tocará hablar de nuestra cepa tinta más importante.

Premios obtenidos en Concursos de gran notoriedad, altos puntajes de prestigiosos periodistas internacionales y revistas especializadas, sabor directo, franco, que conquistó al mundo, diversidad de zonas en Argentina donde se puede implantar, diferentes colores de vino a obtener (tinto, blanco o rosado), con o sin burbujas (tranquilo o espumante) y lo más importante, que nos posibilitó abrir mercados, es imposible conseguir esta calidad en ninguna otra parte del planeta.

 

Muchos nos quieren imitar, intentan producir Malbec sin gran éxito. Chile, EEUU (California, Washington Estate),  Australia, la misma Francia con productores de Cahors que pretenden adueñarse de nuestros logros (basta recordar un “famoso” concurso internacional de Malbec en 2009 en esa localidad, donde, hasta representantes argentinos hicieron propaganda o lo promovieron).

 

En el plano del comercio internacional, hasta el advenimiento de la reconversión argentina de viñedos y bodegas, allá por los primeros años de los ’90, Argentina no exportaba en cantidad sus vinos. Los gustos no eran los mismos.

Y visto desde el consumo interno, si, pero era determinado por la cantidad, recordemos que superamos en la década del ’70 los 90 litros per cápita por año, hasta tal punto que se “arrancaron”  viñedos de alto valor enológico con bajos rendimientos, muchos de ellos Malbec, por uvas propensas a dar mayor cantidad de kilos, sin calidad enológica.

Al principio, como punta de lanza y luego de la abrupta caída del consumo y crisis de la industria vitivinícola, algunas bodegas pusieron en marcha un plan para elaborar vinos de gran calidad con el fin de mostrar en publicaciones especializadas y Concursos Internacionales. Allí, la idea era que se apreciaran las bondades de nuestro suelo, clima y profesionales.

Esos Malbec, de ellos hablamos, modificaron el panorama de nuestro mercado externo en cantidad de dólares ingresados al país, y generó que una de las industrias regionales con más historia se pusiera nuevamente en marcha. Por partida doble, porque no solo se alimentaría el mercado interno con mejores vinos, sino que el mercado externo sería un jugador más en esta historia.

 

Hizo que, manos a la obra, no solo las grandes bodegas, sino que muchos pequeños empresarios, algunos sin trayectoria ni historia familiar en ella, emprendieran el largo trajinar para abrir mercados.

Así, hasta el año 2012, el aumento en las ventas externas era casi exponencial, por encima de las pautas fijadas en el PEVI 2020 (Plan Estratégico Vitivinícola)

 

La bandera argentina en el mundo ha sido y es el Malbec. Cada vez que un bodeguero se presenta en el mundo, la primera pregunta que le hacen es: ¿Qué Malbec tiene? Luego el resto del portfolio. Y allí todas las categorías del varietal, desde el de bajo precio hasta los de alta gama. Que Argentina, por sus problemas de competitividad actual, cada vez vende más los de altos precios la caja. Bienvenido, pero el flujo importante es para el estrato inferior, el que permite a muchos productores y bodegueros continuar en la actividad.

 

Diferentes estudios acerca de su apreciación sensorial, para determinar su perfil, donde a pesar de los diferentes estadíos de vida, guarda algunas características en  común en su sabor, como ser la ciruela,  guinda y eucaliptus (Clara Zamora UCA 2004)

Para el trabajo de la Ing. Claudia Quini (actual Presidente O.I.V, Gte de Fiscalización I.N.V), Ing. Carla Aruani (Dep. Investigación I.N.V) y otros 2013, donde evaluaron vinos de ocho regiones de Argentina, se presentaron diferencias significativas en 6 de 10 atributos sensoriales más notables de la cepa, de acuerdo a su procedencia, donde el Norte de Mendoza revelaron mayor color rojo y olor sabor pronunciado a ciruela.

 

Al hacer historia, la procedencia del Malbec es Cahors, al Suroeste en Francia, a sólo 200 kilómetros de Burdeos, una de las principales regiones vitivinícolas. Con diversos nombres, sinónimos, se lo conoce también como Cot Noir o Auxerrois.

Según el historiador Pablo Lacoste, existen registros de los vinos de Cahors desde el año 1150 (d. C), y fue apreciado por las clases altas de la época.

Con vaivenes en su popularidad en el tiempo, su popularidad fue en el momento donde comienzan los ingleses a comercializarlos, a partir del Siglo XIII hasta 1337, hasta el inicio de la Guerra de los Cien Años. La prosperidad de estos vinos vuelve con el ingreso de ellos en la Corte del Rey de Francia, en 1531.

Vuelve a caer en el ostracismo hasta que en la segunda mitad del Siglo XVII y Siglo XVIII, vuelve a tomar fuerza con los reinados de Luis XIV y Luis XV.

Hasta que el Siglo XIX fue el que marcó el declive de esta cepa. Los comerciantes de Burdeos prefieren otras variedades, con mejor adaptabilidad a suelos y climas.

El Malbec,  que en la Edad Media, y principios de la Edad Moderna, parecía tener gran alcurnia pasa a ser casi olvidado, donde se vio la disminución en hectáreas de viñedos.

El golpe final lo dio la plaga de la filoxera, que por 1877 destruyó casi 40.000 ha. de viñedos, para no recuperarse nunca más.

Recién para finales del Siglo XX, Francia mira nuevamente el cepaje con fines comerciales.

De  manera paralela en el tiempo, el 17 de Abril de 1853, Domingo Faustino Sarmiento promueve la creación de la Quinta Normal y Escuela de Agronomía, proyecto aprobado por la Legislatura de Mendoza. Para la dirección fue contratado el francés Michel Aime Pouget,

Lacoste explica que “Los antecedentes de Sarmiento en Chile, sobre todo la generosidad con la cual había servido a ese país, fueron la base para que la Quinta Normal de Santiago (que fundara en 1841) proveyera de las cepas francesas a la Quinta Agronómica de Mendoza”

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De ahí, que hoy, el Día Mundial del Malbec, es el 17 de Abril de cada año.

Argentina tuvo sus vaivenes, como comentáramos anteriormente. Para poder verlo en números. En 1962, existían 58.600 ha. de Malbec, sobre un total de 259.800 ha. Para 1990, quedaron 10.500 del cepaje, y que en la actualidad son 38.846 ha.  sobre un total país de 223.580 ha. (Datos INV)

La provincia de Catamarca posee solo 239 ha. de la cepa, que representa el 0,62% del total del país.

Actualmente, tiene el primer lugar en volumen exportado de varietales, con el 53%. Y el principal comprador, en hectolitros, (entre los 119 países de destino) es EEUU con el 50,65%. Reino Unido, Canadá y Brasil lo siguen.

 

Mucho es lo que le costó a la Argentina, sus productores, bodegueros tener hoy una bandera que nos distinga en el mundo.

Pasaron más de 160 años, para que a pesar de las dificultades actuales en el comercio exterior, volvamos a iluminarnos y encontrar el camino que trazaron quienes trabajaron nuestro suelo pensando en las próximas generaciones.

Aún hay mucho por hacer con el Malbec.

Alturas, clima, precipitaciones, riego, preservar los viñedos antiguos,  especialización de nuestros profesionales, todas características que debemos cuidar y perfeccionar para lograr la diversidad del Malbec.

Que así sea.