GUÍA de ESPUMANTES 2024 8° EDICIÓN: CONCLUSIÓN

Como en los últimos años, el 2024 no ha sido sencillo para el consumo de espumantes en nuestro país.

 

No se pudo abstraer del contexto país, por supuesto, aunque con expectativas para los próximos períodos por los cambios de políticas y la consecuente baja de la inflación.

En ese cambio de política debería sumarse la posibilidad de iniciar negociaciones por acuerdos comerciales con países del mundo, que según consultas se han iniciado algunas, pocas pero se empezó, pues sin ellos será muy complicado aumentar en buena cantidad las exportaciones.

 

Bastará ver las estadísticas de ventas desde 2011 a la fecha, que, independientemente de la falta de competitividad generada por razones de políticas económicas internas, sumó los aranceles que nos cobran otros países, lo que genera menor competitividad aún.

 

A continuación, el resumen en porcentaje, de los espumantes que llegaron para la elaboración de la 8° Edición, de acuerdo a su clasificación:

 

53,02% Extra Brut

28,78% Brut Nature

9,10% Nature

4,55% Brut

4,55% Dulce

0     % Extra Dulce

 

Las bodegas han propuesto mayor cantidad de espumantes tipo Extra Brut respecto del resto (se despegó en mayor medida respecto del año anterior), parece ser preferencia del público consumidor tener un cierto equilibrio entre acidez-azúcar, con pequeña sensación dulce, al poder certificar con hasta 11 gramos de azúcar residual.

 

Para entender cómo se divide la categoría en Argentina, la clasificación varía de acuerdo a la cantidad de azúcar residual:

 

Nature:          hasta   3  gramos por litro

Brut Nature   hasta   7  g/l

Extra Brut:    hasta 11  g/l

Brut:              hasta 15  g/l

Demi Sec:     hasta 40  g/l

Dulce             hasta 60 g/l

Extra Dulce:   +  de 60 g/l

De acuerdo al método de elaboración, llegaron para la Guía:

48,61% Champenoise

45,83% Charmat

5,56% Gasificados

 

De los espumantes recibidos, el 36,07% posee graduación alcohólica entre 11° y 12° y el 42,62% entre 12° y 13°.

Casi el 80% entre esas graduaciones, lo que asegura mayor vivacidad y frescura.

Sólo cinco espumantes sobrepasaron los 13° de alcohol.

 

Si tuviera que resumir lo que encontré en este año, ha sido menos complejidad, menos sabores “fundidos”, no descubrí ninguno de los espumantes como “pan dulce líquido” en donde confluyen los sabores de los frutos secos, azahares, fruta abrillantada y pan tostado y cuesta tanto poder separarlos. Muchos han resultado frescos, quizás pocos de ellos con extrema fineza.

La gran mayoría con muy buena calidad de sus burbujas.

 

Llamó la atención la categoría “Cóctel”, vinos gasificados en diferentes acepciones. Quizás la bodega que optó por elaborarlos (en este caso en muy buena calidad cada uno de ellos) supone que con la creación de estos vinos (o recreación) se puede revertir la baja e incluir al público joven en la categoría.

Ojalá así sea, aunque habría que revisar la historia.

 

Con años de cosecha en su etiqueta

 

Sólo 9 de los degustados, el 8,70% de los espumantes que llegaron, poseen año de cosecha, de cinco bodegas.

4 de 2021

4 de 2022

1 de 2023

Habría que recordarle a las bodegas que el público consumidor valora ver el año de cosecha en las etiquetas, lo toma como un símbolo de mayor calidad.

 

Clasificación por color:

 

Blancos:  89,63%

Rosados: 10,37%

 

Bodegas con mejor relación calidad precio:

 

Salentein: repite respecto del año anterior, todos sus espumantes con más de 91 puntos, uno de ellos Estrella en la 8° Edición

Finca Magnolia: de nacimiento cooperativista, logra insertarse nuevamente en este selecto grupo de bodegas. Loable.

Amalaya: repite la mención respecto al igual que con los vinos. Su espumante logra muy buena calidad por un precio acomodado.

 

No estuvo presente Bodega La Rural, una de las que mejor representó esta sección hasta la Edición anterior, al tener grandes exponentes.

Bodegas destacadas:

 

Cada año me sorprenden ciertas bodegas, con espumantes que ratifican gran calidad, y que en algunas ediciones están en lo más alto de las clasificaciones.

 

Rutini es una de ellas, pero lamento que en esta oportunidad no llegaran sus dos “tanques”: Antología y Apartado, cuatro veces en la primera ubicación en las últimas Ediciones de la Guía de Espumantes.

Hasta acá, “Jugador” de envergadura de la categoría en Argentina.

Philippe Caraguel es especialista en espumantes y lo ratifica en esta oportunidad. Sus tres espumantes salen destacados.

Escorihuela increíble, todos los espumantes con puntajes en los 90 y superiores. Calidad en cada uno de ellos.

Luigi Bosca otra vez, con sus tres espumantes con método Champenoise entre los mejores y uno de ellos, Boheme, es Estrella en este año.

Nieto Senetiner: quedó en la puerta de los mejores con uno de sus espumantes. De la mano de Roberto González, enólogo histórico de la bodega y especialista en la categoría, plasma toda su sapiencia y ratifica estar entre los grandes de Argentina.

Bianchi: con champañera propia en San Rafael (Mendoza) elabora espumantes de muy buen nivel, en donde destaca el Bianchi Estrella Premium, en lo alto de la tabla.

Barroco Wines: año a año con sus espumantes en lo alto, en esta oportunidad entre 92,5 y 93,5 los tres exponentes, de la mano de Lorena Mulet y la dirección de Roberto Romano, alma mater del proyecto.

 

En ventas al exterior, los vinos espumantes han tenido un buen recorrido en 2024, pues aumentaron sus envíos en 21,1%, con resultado de precio promedio por litro de u$s 4,68, casi idéntico al de 2023 (u$s 4,67).

Aunque debo remarcar que la incidencia de este tipo de vinos en el cuadro general de exportaciones es menor, sólo de 3,54% (25,258 millones de dólares contra los 713,506 millones de dólares de la exportación total de Argentina en vinos)

 

En el mercado interno durante 2024, la venta en hl. en la categoría espumantes ha caído un 25,4%. Dato que marca la realidad de quienes elaboran este tipo de vinos, con luz amarilla por delante pero como indicara al principio, con expectativas para revertirlo.

Fuente Instituto Nacional Vitivinícola (INV)

 

Quizás el mercado externo sea el motor para recuperar terreno.

Dependerá de nuestros empresarios volver a emprender el camino de los últimos años del siglo pasado, cuando valija en mano dieron a conocer nuestra industria en el mundo. Las limitaciones y algunos impuestos desaparecen. Falta aún, pero es el momento de empezar, otra vez.