Muchas de las bodegas trabajan actualmente con sistemas de viticultura orgánica, biológica o biodinámica. De esa manera, y sin abrir juicios de valor, confían en obtener un mejor producto y más sano para el consumidor, sin “cansar” el suelo. De esa manera intentan proteger el ecosistema mediante la reducción de la utilización de agroquímicos entre otras cosas.
Son bodegas pequeñas, donde los empleados son pocos o inexistentes. Cada una de las labores es realizada por sus dueños.
No debemos dejar pasar que Cahors perdió en su cosecha 2017 el 80% de su producción. Heladas tardías, durante las dos últimas semanas de Abril de este año, tres días en cada una de ellas, fueron el motivo de dicha merma.
XXXXXEn los primeros días de Octubre el panorama era desolador. Fruta aún en algunos viñedos, pues sus propietarios decidieron no cosechar.
La Bodega Cosse Maisonneuve, actualmente considerada una de las nueve mejores de Francia, realiza tratamientos biodinámicos en toda su propiedad (32 ha.), para lo que necesitó un período de 7 años de transición para pasar, de un trabajo tradicional a la biodinamia.
Produjo, a partir de 2017, 160.000 botellas, de las que la mayoría fueron al mercado externo (toda Europa, EEUU, Canadá)
Entre sus vinos, Le Combal Cahors 2014 (Euros 12) es un vino joven en la boca, con mucha fruta, ágil y diferente en el sabor de sus taninos. Otro,
Les Laquets Cahors 2014 (Euros 28), tiene buen volumen de boca, acidez natural muy bien integrada, aunque vibrante, y complejo.
Les Laquets Cahors 2010 (Euros 32) no tiene evolución ni en color ni en boca. Llama la atención la vivacidad de este vino, con mucha fruta a pesar de sus años, y con graso en el centro de boca, complejo.
La Marguerite Cahors 2015 (Euros 65), proviene de un viñedo que posee 2000 plantas por hectárea. Con un subido color, intenso y con muy buen volumen, llama poderosamente la atención la textura de este vino. Con muy buen peso en la boca, el tanino es aterciopelado pero como una caricia rugosa en el paladar y la lengua. Fruta: mucha. Muy buen final con persistencia larga. Fineza. Retronasal leve floral. La perla fue La MargueriteCahors 2012, donde el “descriptor” es la complejidad. Tabaco, tostado, hongos y por detrás la fruta en esplendor. Fino. Es el más “gordo” de todos estos vinos. Elegante. Y sus taninos, diferentes también.
La Bodega Haut Monplaisir elabora vinos biológicos de sus 32 ha. De ellas, 29 son de Malbec en su mayoría, y algo de Merlot, y las 3 restantes de Chardonnay y Viognier que se elaboran por fuera de la AOC.
Todos sus viñedos están alrededor del Chateau, y vinifican sin azufre agregado, por lo que necesitan crianzas prolongadas (alrededor de 24 meses) para que desaparezca la reducción, según explica Daniel Fournie, su propietario.
Elaboran anualmente 180.000 botellas, de las cuales el 70% va al mercado externo. Entre sus vinos encontramos:
Chateau Haut Monplaisir Cahors Tradition Malbec 2015 (Euros 16) Es un vino fresco, con buena fruta y acidez, con un 30% de crianza en barricas de roble francés usadas y el resto en piletas.
El Chateau Haut Monplaisir Prestige Cahors Malbec 2012 (Euros 35) Alc. 14° Con volumen medio, buena cantidad de fruta donde aparece un interesante graso en boca y persistencia media larga.
L’envie Vin naturel 2016 Cahors Malbec (Euros 30) Alc. 13,5° En absoluto reducción. Con buena estructura y acidez, sin mayor complejidad. Fraccionado en Mayo de este año, habrá que darle tiempo para “armarse” en botella.
Chateau Haut Monplaisir Pur Plaisir Cahors Malbec 2010 (Euros 45) Alc. 14,5° Microvinificado en barricas, con 24 meses de crianza y 30 días de maceración Nariz muy fina, buena cantidad de frutas (¡!) y la madera, aunque presente, acompaña, agrega gran complejidad. Es amplio en boca, con taninos redondos. Persistencia larga con profundo retronasal a cedro.
Sobre el final conocimos el blanco que se comercializa fuera de la AOC Cahors, como Cotes de Lot, Chardonnay Viognier 2016, Alc. 12,5° Cofermentado solo 10% en barricas. Vino muy fresco, con mucha fruta. Fácil de tomar. Muy buena acidez.
Además de estas dos bodegas conocimos otros tantos vinos de Cahors, entre los que hubo algunos que nos llamaron la atención:
Chateau Ponzac Patiemment 2015 Alc. 13° Euros 7 E un vino fresco, con muy buena acidez, buena persistencia, estructura media, con ensamble madera fruta en su punto.
Mas de Etoiles 2013 Alc. 13,5°Euros 7 muy buena acidez, con fruta destacable, tanino redondo con muy grato recuerdo final.
Chateau Nozieres 2014 Euros 16 ingreso dulce con muy buen tanino, fruta madura, con volumen medio alto, complejidad aportada por la madera.
Chateau Lagrezette 2011 Alc. 14° Euros 35 Subyuga por la nariz, donde la madera fina impera. Muy buena fruta madura integrada. Tanino diferente y para seguir creciendo en la botella. No tiene visos de evolución. Fino y complejo. Grandioso recuerdo final.
Domaine Campoy Clos Pradelles 2014 Alc. 14 Euros 20 Color rojo violeta casi negro. Olfato balsámico con fruta madura. Buen volumen en boca con ciertas especias y acidez refrescante. Sin amargos. Muy buen final de boca. Fino.
Clos Triguedina Les Petites Cailles 2012 Alc. 14° Euros 15 Interesante nariz con sensaciones provenientes de madera, mucha fruta en mermelada con muy buena estructura en boca, acidez marcada y taninos intensos. Largo final. Fino.
En Cahors, sus vinos, poseen tres estilos marcados. Muchas veces, por provenir de distintos suelos no solo por su forma de vinificación. Aquellos fáciles de tomar, fruta sin complejidad (menos de Euros 15 la botella); los que tienen crianza en barricas de roble (utilizan de diferentes capacidades, de 225, 300, 500 o 600 l), entre los Euros 15 y 30 la botella, y el estrato superior, con precios mayores a los Euros 30, con crianza más prolongada y en general de suelos donde encontraron concentraciones de piedras calcáreas, con mayor complejidad o de parcelas elegidas. La capacidad de guarda de estos últimos vinos parece interesante.
Los vinos de Cahors ganaron en fineza, desde los vinos de más bajo precio, y en complejidad el resto. Aparecieron más “flying winemakers” y afamados productores de otras regiones del planeta, algunos de Malbec.
Solo una porción de sus tierras son de suelos aluvionales, el resto con mucha antigüedad y composiciones calcáreas que brindan diferentes tipos de taninos a los que estamos acostumbrados en el Nuevo Mundo.
Según la visión de los especialistas en suelos, Claude y Lydia Bourguignon, “la heterogeneidad de los suelos exige reflexionar sobre la densidad de las plantaciones, del tamaño y la elección del injerto, optar por el que mejor se adapte a cada uno de estos terroirs”.
Es por eso que los productores comenzaron a delinear nuevas estrategias de plantación y de producción de cada una de sus líneas de vinos.
Una experiencia única, poder comprender la filosofía de trabajo de sus productores, las diferencias desde el viñedo, las plantas, sus vinos. La rica historia que poseen, los siglos que hace que conocen el Malbec. Es otro terroir, si.
Volver a los “ancestros” en determinados momentos de la vida siempre hace bien.
Quizás nos sirva poder tomar experiencias de Cahors, desde la unión de sus productores hasta las ansias de posicionar sus vinos nuevamente en el mundo, y por qué no sentarnos a interpretar, juntos, hacia donde vamos con el varietal. ¿Por qué atemorizarnos? Tendríamos todas las de ganar. Ambos.
Aprendimos desde la cuna.